El aeropuerto low cost, con más causas judiciales y problemas que aviones, es inhabilitado para vuelos comerciales por no tener la infraestructura requerida y así cumplir con los protocolos vigentes en la lucha contra el COVID-19. La aeroestación no se cerró. Los errores de comunicación y el poco timing hicieron el resto.
Desde que el Ministro de Transporte Mario Meoni anunció públicamente que Palomar continuaría operativo mientras Aeroparque esté cerrado por reformas, esto sucedió hace 10 días atrás, uno de los temas en el marco del reinicio de vuelos domésticos, fue cuando retomarían las operaciones JerSmart y Flybondi desde Palomar.
Durante los últimos días se esperó que ANAC aprobara el cronograma de vuelos que ambas low cost presentaron para retomar las operaciones pero dicha aprobación no llego.
Altas fuentes aeronáuticas consultadas confirmaron que desde el Organismo Regulador Nacional de Aeropuertos –ORSNA- afirman que al menos por el momento solo Ezeiza tiene las condiciones para garantizar los controles sanitarios y el distanciamiento social entre pasajeros que especifican los protocolos aprobados.
La información brindada, también da cuenta de que JetSmart arreglo con la autoridad aeronáutica fijar su base en el aeropuerto de Ezeiza mientras Palomar continúe inhabilitado.
Sin embargo desde la empresa aseguraron que acataran lo dispuesto por la autoridad aeronáutica, mientras que desde Flybondi afirman no haber sido notificados de la medida adoptada.
Haciendo foco en una de las limitaciones que tiene la infraestructura de Palomar, cabe el siguiente ejemplo. El aeropuerto low cost no tiene espacios peatonales cubiertos en el exterior del de partidas como si los tiene el aeropuerto internacional de Ezeiza en las terminales A y C.
Con esos espacios cubiertos de exterior se garantiza el distanciamiento social aun con lluvias, evitando que los usuarios ingresen a los espacios cerrados donde se limita la cantidad de gente para evitar los contagios.
Por ultimo cabe señalar que dado el tiempo que llevamos en PANDEMIA y por lo conflictivo que resulta el tema PALOMAR, desde lo aeronáutico, lo político y lo social, la medida adoptada podría haberse tomado y anunciado con bastante anticipación al reinicio de las operaciones regulares. Para incertidumbres bastante hay con las que genera el COVID.