El último documento conocido del Pentágono, establece que China es la única amenaza estratégica para su dominación y que Rusia es un peligro militar. El texto fue divulgado el 18 de diciembre y firmado por los jefes de la Marina, del Cuerpo de Marines y de la Guardia Costera

 Por Raúl Zibechi

 (Sputnik)-El breve documento, apenas 36 páginas, titulado Ventaja en el Mar, dice que siendo EEUU una «nación marítima», «nuestra seguridad y prosperidad dependen de los mares». El punto de partida del análisis consiste en señalar que el mundo llegó a un punto de inflexión: «Nuestras acciones en esta década darán forma al equilibrio de poder marítimo durante el resto de este siglo».

El documento señala que desde principios del siglo XXI, la Marina observa «con alarma, el creciente poder naval de la República Popular China y el comportamiento cada vez más agresivo de la Federación Rusa». Y añade que las fuerzas navales de EEUU «interactúan diariamente con buques de guerra y aviones chinos y rusos».

Para el Pentágno, China es el «único rival con potencial económico y militar» que presenta una «amenaza estratégica global de largo plazo a los EEUU». Aunque a Rusia no la considera un adversario naval, destaca que proyectó poder cuando «a comienzos de diciembre movilizó dos de sus cuatro flotas».

Los jefes navales de EEUU coinciden en que el punto más caliente del planeta es el Mar del Sur de China, porque es «la principal ruta de entrada y salida del comercio chino, con puntos de fácil bloqueo naval».

Aunque algunos analistas, como el brasileño Igor Gielow de Folha de Sao Paulo, consideran el documento como «alarmista» y destinado a exigir más recursos económicos a la nueva Administración de Joe Biden, sostiene que «los militares temen las ventajas asimétricas, como que China pueda usar su poderío aéreo contra naves estadounidenses cerca de su territorio».

Una de las mayores amenazas es el destructor de clase Tipo 055 de China, considerado el buque de guerra más capaz de su tipo en el mundo, en una nacion cuyos astilleros lanzan de 8 a 10 destructores de alta gama por año.

En respuesta, el Pentágono apunta que sus fuerzas navales deberían enfocarse en barcos más ligeros y baratos, para encarar  operaciones ligeras, de bajo costo y móviles. Apunta también a «promover riesgos tácticos calculados y adoptar una postura más asertiva» en sus operaciones diarias, para asegurar «una ventaja estratégica a largo plazo sobre ambos rivales».

«Riesgos tácticos» que el analista Gielow considera «una invitación a cometer errores», como ya sucedió en noviembre cuando un destructor de EEUU ingresó en la bahía Pedro el Grande, en la costa rusa del Pacífico, siendo expulsado por otro destructor ruso que amenazó con abrir fuego.

Incidentes de este tipo van a ser muy comunes en adelante, como ya ha sucedido en 2020 en el mar del Sur de China y en el mar Negro. Todos los datos apuntan a confirmar que «la Administración entrante de Biden apretará los tornillos a China, acercándose más a las duras políticas de la Administración Trump sobre China, que su predecesor Barack Obama».

Mientras tanto, China realizó ejercicios con fuego real en el mar del Sur de China, desplegando helicópteros y misiles antibuque avanzados en ejercicios de simulación de guerra.

Según EEUU, las actividades militares de China en el área, «incluidos ejercicios, entrenamientos, visitas a puertos y operaciones, aumentaron en un 50%, hasta 65 en 2020, de los 44 ejercicios que hubo en 2019».

El analista de Asia Times, Richard Heydarian, recuerda que «Jake Sullivan, elegido por Biden como asesor de seguridad nacional, ha pedido recientemente la intensificación de las operaciones de libertad de navegación contra China en el mar del Sur de China, lo que marca una posible escalada de la política que siguió Trump».

Agrega que Sullivan defiende dedicar más recursos a «mantener junto a nuestros socios, la libertad de navegación en el mar de China Meridional», porque «eso pone el zapato en el otro pie. Entonces China tiene que detenernos, lo que no harán».

Recordemos que la Administración de Trump aumentó la frecuencia de las operaciones de «libertad de navegación» (FONOP), respaldó más de dos mil misiones navales con patrullas aéreas en los primeros seis meses de este año, expandió el financiamiento militar a sus aliados y «tomó la decisión sin precedentes de respaldar efectivamente los reclamos marítimos de los rivales de China en el mar de China Meridional», señala Asia Times.

Por último está el masivo respaldo a Taiwán, autorizando la venta de material militar por cinco mil millones de dólares a la isla.

Sin duda el personal de confianza de la futura Administración Biden quiere intensificar la presión militar y diplomática sobre Pekín, aunque seguramente tendrá un lenguaje menos beligerante.

Por el lado de China, el gobierno ha tomado nota de la probable agravación de la situación. Un editorial del oficialista Global Times, de setiembre pasado, alertaba que «un ataque de EEUU a las islas chinas será respondido con un feroz contraataque».

El editorial fue la respuesta a una provocación de la revista Air Force, donde los soldados aparecen con parches con el mapa de China, señalada como el próximo objetivo militar, en el marco de operaciones con drones en ejercicios marítimos de ataque. «La última vez que la Fuerza Aérea de EEUU puso a un país en el parche fue durante la Guerra de Vietnam», destaca Global Times.

El diario considera que «Washington está intensificando sus preparativos de guerra contra China, y los drones, que han estado involucrados en asesinatos y otros ataques en todo el mundo, también jugarán un papel».

Además enfatiza que China derribará aviones, tripulados o no, que ataquen sus islas artificiales en el mar de Sur de China, atacando además «las plataformas y bases desde las que despegan esos aviones». Amenaza con convertir sus islas en bases militares en pleno funcionamiento. Exactamente lo que viene haciendo en los últimos meses.

Los preparativos militares abarcan todos los frentes, desde el marítimo al terrestre. Días atrás la televisión estatal china emitió un reportaje señalando que el Ejército desplegaría dos de sus principales tanques en combate urbano si estallara una guerra contra Taiwán.

Las fuerzas armadas chinas tienen la convicción de que en un posible enfrentamiento con Taiwán, «una batalla callejera sería inevitable», añadiendo que «una guerra final para poner a todo Taiwán bajo control debe ser completada por las fuerzas de tierra y los marines».

Aún antes de que Biden asuma la presidencia, va cobrando forma un futuro inmediato nada promisorio: la tensión internacional no va a decrecer, sino todo lo contrario, con especial riesgo de conflicto armado entre potencias atómicas en las fronteras de Rusia y en el mar del Sur de China.