El Sultán Ahmed Bin Sulayem, indicó además que esto también mejoraría la resiliencia de la región ante futuras crisis

(Mundo Marítimo)-«El inicio de la pandemia supuso un duro choque de realidad para América Latina, ya que la mayoría de los países estaban mal preparados para responder a la crisis. En ese momento, los problemas de infraestructura y de la cadena de suministro de larga data se hicieron sentir, ya que los retrasos en el comercio y las ineficiencias de la cadena de suministro cortaron gravemente el impulso de crecimiento de la región», es el análisis que realiza en su cuenta de Linkedin, Sultan Ahmed Bin Sulayem, presidente y CEO de DP World sobre el impacto de la pandemia en la actividad logística del hemisferio.

Sin embargo, destaca que poco más de un año después, la región ha mostrado una notable resiliencia y representa una posición económica más fuerte de lo que muchos analistas habían previsto. Bin Sulayem, cita el informe del mes pasado de la OMI, en el cual el organismo constató que América del Sur logró mantener el descenso de las exportaciones por debajo de la media mundial, registrando una caída para 2020 de sólo el 4,5%. «Y a medida que la clase media sigue creciendo en toda la región, la calidad de vida mejora y las importaciones de productos de consumo se disparan, los principales centros comerciales, desde Perú hasta la República Dominicana, están preparados para desbloquear nuevas fuentes de crecimiento del comercio mundial», apunta.

«Esta posición de crecimiento ha sido desencadenada, en cierto modo irónicamente, por la pandemia», señala el líder de DP World, quien argumenta que los bloqueos han impulsado a los consumidores a conectarse a Internet, catalizando el aumento de la adopción de la telefonía móvil en la región antes de la llegada del COVID y dando lugar a un aumento de la demanda del e-commerce desde un mayor número de mercados de ultramar.

De acuerdo con la encuesta de DP World Trade in Transition, realizada en colaboración con The Economist Intelligence Unit, casi un tercio de los responsables de la cadena de suministro de Sudamérica atribuyen la expansión de su negocio a la creciente demanda de los consumidores de la región. Y una abrumadora mayoría (78,5%) de esos líderes son optimistas en cuanto a que los ingresos por ventas internacionales se expandirán después de COVID.

Sin embargo, expone Bin Sulayem, si bien hay algunos vientos a favor que ponen a la región en el camino de las nuevas oportunidades y el crecimiento, también hay desafíos. En esa línea cita «el malestar político y social, las inevitables largas distancias a los mercados clave de Medio Oriente, Europa y Asia, y los retrasos en la distribución de vacunas son sólo algunos de los contextos con los que deben lidiar los líderes del sector público y privado».

Explica además que en lo que respecta específicamente a su fuerza comercial, la inadecuada infraestructura terrestre sigue impidiendo que América Latina siga el ritmo de los flujos comerciales mundiales. «Se estima que la región en su conjunto gasta menos del 3% del PIB en infraestructuras, lo que contrasta con el casi 8% del PIB de Asia Oriental».

Según el presidente y CEO de DP World, el traslado de los productos de la granja al puerto requiere con demasiada frecuencia una navegación costosa e ineficiente por sistemas de carreteras y geografías complejas. «Esto se contradice con una región de la que el mundo depende para sus exportaciones agrícolas durante todo el año. Las exportaciones agrícolas de América Latina son capaces de llenar ventanas estacionales del calendario donde otros centros de exportación no pueden», valora.

«Los arándanos peruanos arriban precisamente a tiempo para el Día de Acción de Gracias en EE.UU.; las uvas chilenas satisfacen la demanda norteamericana para la temporada navideña y el Año Nuevo chino; y los plátanos de la región llegan a Europa a tiempo para la vuelta al colegio de los niños» apunta Bin Sulayem, quien destaca que «la globalización ha abierto las exportaciones de América Latina al mundo, pero la región no puede cosechar los beneficios a largo plazo si su infraestructura no está a la altura».

«Estamos invirtiendo fuertemente en la logística terrestre para permitir que el comercio fluya de manera más fácil y competitiva entre los mercados. A lo largo de 2020 y en 2021, todas las unidades de DP World en América Latina han estado invirtiendo en las capacidades empresariales organizativas necesarias para complementar las operaciones portuarias, desde las instalaciones de almacenamiento hasta la tecnología de contenedores refrigerados, fundamental para el movimiento de la carga fresca. Y, por supuesto, las vacunas», expone.

El líder de DP World, destaca además que la ampliación del puerto del Callao en Perú creará una de las mayores terminales individuales de Sudamérica una vez completada en 2023, y que actualmente están trabajando en la ampliación en el puerto de Caucedo, República Dominicana, para convertirlo en un parque logístico integral, con capacidades de fabricación ligera y un sólido almacén.

«Las inversiones en infraestructuras son fundamentales para garantizar que América Latina pueda ponerse al día y seguir el ritmo de otros mercados de rápida industrialización, al tiempo que se refuerza su propia resiliencia ante futuras crisis», advierte Bin Sulayem .

«Me ha impresionado especialmente la forma en que el gobierno de la República Dominicana ha adoptado el libre comercio como elemento central de su visión para permitir el crecimiento económico. Es uno de los muchos socios con los que me enorgullece colaborar mientras trabajamos para ayudar a la región a establecer y promover nuevas rutas directas a Europa y Medio Oriente, y a integrarse en la economía comercial mundial post-pandémica a largo plazo», finaliza el presidente y CEO de DP World.