Las características del próximo espécimen humano con base biológica, así como la de los ciborgs, serán muy diferentes a las del actual sapiens. Los invito a que le echemos una mirada

Hola navegantes curiosos!!

Como saben, quedamos atrapados por una densa niebla que se posó sobre el Mar de la Infodemia y que nos llevó a un territorio que no existía en nuestra cartografía, donde conocimos un anciano que vive en una cueva rodeada de fiordos.

Luego de pasar nuestra primera noche en la cueva del anciano del fiordo y con la cabeza llena de interrogantes, nos dispusimos a tomar un té caliente que muy amablemente nos preparó. Afuera las inclemencias del tiempo aún subsistían y hacían imposible que nos pudiéramos trasladar hasta nuestro barco para seguir la travesía y salir de esta encrucijada en la que quedamos atrapados.

Según el anciano, tendríamos para una jornada más allí hasta que estuvieran dadas las condiciones para navegar, por lo que nos dispusimos a seguir debatiendo profundamente sobre el sapiens del futuro inmediato.

A poco de reiniciar nuestra conversación, surgió el tema del muy factible salto biológico de la especie humana; allí barajamos primero la idea de separar claramente lo orgánico de lo inorgánico y del entrecruzamiento que derivaría en una especie de ciborg.

El debate se puso muy interesante al analizar las implicancias derivadas de una transformación orgánica en tan corto lapso de tiempo, teniendo en cuenta que el período del Tecnoceno se inició con la Revolución Industrial. Es claro que el crecimiento exponencial de las tecnologías tiene un siglo aproximadamente y que los avances biotecnológicos son muy recientes, como para tener resultados medibles de un profundo cambio orgánico que permita disociar el Homo Sapiens del siguiente.

Este intercambio de ideas trajo como consecuencia el análisis de las características que tendría al menos en su fase inicial, un Homo superador del sapiens. Por lo pronto sería deseable que su conciencia le permitiera acceder a una inteligencia superior a la que pueden desarrollar las máquinas y los ciborgs, ya que de lo contrario, estaría por debajo de ellos en la escala de habitantes de este planeta, lo que redundaría en una crisis humanitaria.

En el planteo del Homo superior hay cosas que aún restan definir, como por ejemplo si los sapiens vamos a privilegiar la conciencia o la inteligencia. Por otra parte surgen preguntas tales como ¿si no lograremos dar el salto orgánico necesario para prevalecer sobre máquinas y ciborgs en un corto plazo, porqué seguimos llevando adelante la progresión de su desarrollo? ¿No sería más relevante volcar nuestros recursos humanos y de conocimiento en otras áreas que nos aseguren la prevalencia en el futuro?  

En este transcurrir entre hipótesis y realidades, no podemos dejar de lado las transformaciones  que sin pausa pero con prisa están sucediéndose. Las matemáticas cada día nos llevan a mundos impensados. Su aplicación en la física, la química, la biología y hasta en lo neuronal, están cambiando radicalmente no solo la perspectiva que teníamos de nuestro universo, sino que también es la base de las transformaciones corporales.

La regulación del funcionamiento corporal humano mediante medicamentos determinados o alimentos modificados,  nos hace reflexionar sobre las próximas generaciones con ADN intervenido a los efectos de prevenir tal o cual enfermedad, fortalecer tal o cual aspecto e incluso una manipulación genética que deploramos hasta hace poco y que cada día aceptamos con mayor beneplácito lo que nos hace soñar con la inmortalidad; la pregunta que surge inmediatamente es ¿en un universo donde la automatización algorítmica sea la norma y por consiguiente hayamos perdido la capacidad de amar tal como la conocemos hoy, qué sentido tiene la inmortalidad?

El debate sobre éste y otros aspectos es muy extenso y nuestro anfitrión está cansado de soportar a esta banda de preguntones curiosos que invitó a su maternal cueva, así que nos invitó cortésmente a descansar una noche más en ella bajo la promesa de partir a la mañana bien temprano en busca de nuevas aventuras en este Mar de la Infodemia.

¡Apúrense a dar el salto biológico, sino cuatro vivos con dinero lo harán antes y ustedes serán sus esclavos! Fueron sus palabras de despedida.  

Por lo pronto curioso navegante, no bajes los brazos, sigue explorando y recuerda que:

Pensar es urgente, porque “El futuro es ahora y las posibilidades son infinitas”.

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