La bioquímica del CONICET y de la Universidad Nacional de San Martín que trabaja en el desarrollo de la vacuna argentina contra el coronavirus, habló de la iniciativa. ¿Qué falta?

(Periferia)-Karina Pasquevich, una de las investigadoras del CONICET que integra el equipo de científicos y científicas que trabaja en el desarrollo de la solución vacunal argentina contra el coronavirus, en la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) aseguró que «estaría en condiciones de ser aplicada el año que viene».

Claro que para ello, falta la prueba en humanos y trasladar el desarrollo del laboratorio a la producción masiva.

La Bioquímica e Investigadora del CONICET, Karina Pasquevich, explicó que el desarrollo de la vacuna contra el Covid 19, llevada a cabo por un grupo de científicos provenientes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), ya superó la etapa de elaboración de la fórmula vacunal probada en animales de laboratorio, la llamada etapa pre-clínica y que actualmente se encuentran «hablando con empresas locales que tengan la capacidad de producir este prototipo para empezar una fase de prueba en humanos».

En diálogo con el programa «Días Distintos» por Radio Provincia explicó por estos días se empezó «a diagramar el traspaso a la industria y estaría en condiciones de ser aplicada el año que viene, como refuerzo o como primera dosis para quienes no se hayan podido vacunar en una primera etapa».

El desarrollo en laboratorio cuenta con el financiamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, a cargo de Roberto Salvarezza, a través de la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), luego de haber sido seleccionada entre otras 63 iniciativas de la convocatoria Ideas Proyecto «IP Covid», en abril de 2020.

Pasquevich agregó que «hemos llegado a un acuerdo con una empresa nacional privada con el apoyo del Ministerio de Ciencia y Tecnología y la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, para realizar esta transferencia en un trabajo de tipo público-privado que primero contemplará la producción con la aprobación correspondiente de las buenas prácticas de manufactura, lo que se llama las prácticas GMP, es decir de forma que se pueda utilizar en personas dentro de instalaciones certificadas por el ANMAT».

Por otro lado, destacó que «sería una vacuna que seguramente se podrá guardar en una heladera común. Esto es positivo porque en el caso de otras vacunas es complejo preservarlas y que no se rompa la cadena de frío».

Por último señaló que esta vacuna fue trabajada en lo que se denomina «vacuna subunidad que básicamente son proteínas, partes del virus, purificadas que no se hacen con material genético y esto en materia de seguridad es muy importante porque aplica una parte del virus ya definida y requiere un adyuvante que ayuda al cuerpo a reconocerlo y generar los anticuerpos».