Para el nuevo presidente del directorio de la Asiet, Horacio Romanelli, el principal desafío de América Latina es cerrar la brecha digital, una meta que sólo podrá lograrse a través de inversiones; sin embargo, para ello se requieren las condiciones regulatorias y las políticas públicas necesarias, las cuales versan en tres ejes: fiscalidad, infraestructura y espectro

By Raúl Parra (dpl)

Para Horacio Romanelli, la pandemia de Covid-19 fue un examen que América Latina superó en materia de conectividad; no obstante, aún persisten muchos retos en este rubro: el principal de todos ellos, cerrar la brecha digital, la cual, explica, tiene dos componentes, uno de infraestructura y otro de uso.

El director de Asuntos Regulatorios para América Latina de Millicom explica que esta situación sólo podrá resolverse a través de inversiones, por lo que deben existir las condiciones regulatorias y las políticas públicas necesarias en los países de la región.

Romanelli, quien asumió la presidencia del directorio de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet) en diciembre de 2021, recalca que esas políticas públicas deben ser pro inversión y se dividen en tres vertientes principales: fiscalidad, infraestructura y espectro, para el que importan el precio y la disponibilidad.

La Asiet agrupa a los principales operadores, principalmente privados, aunque también públicos, que ofrecen servicios fijos, móviles y satelitales en América Latina, como América Móvil, Telefónica, Vrio, Millicom, AT&T, Telecom Argentina, Hispasat y Copaco, entre las empresas privadas; y la Corporación Nacional de Telecomunicaciones de Ecuador (CNT), la Empresa Estatal de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) y la Compañía Paraguaya de Comunicaciones (Copaco), entre las públicas.

En 2022, la Asiet cumple 40 años de existencia, periodo en el que ha impulsado el intercambio de conocimiento y de buenas prácticas internacionales para promover el crecimiento del sector de las telecomunicaciones en la región.

“Desde Asiet, lo que hacemos siempre es procurar el avance de la conectividad y de la transformación digital de las empresas a través del diálogo público-privado y trayendo este intercambio de conocimiento. Ese es nuestro principal objetivo, vamos a seguir trabajando como lo vino haciendo Asiet en anteriores gestiones también”, declara Romanelli.

Estado de la conectividad en América Latina tras la pandemia

Consultado sobre la situación de la conectividad en América Latina al asumir la presidencia de Asiet, Romanelli responde:

“Por un lado, el coronavirus nos mostró que la conectividad está en un buen estado de salud, porque resistió que todos estemos trabajando desde casa, nos estemos hiperconectando en función del consumo que veníamos haciendo anteriormente; las redes respondieron bien en todos los países, y los operadores priorizaron las inversiones necesarias y oportunas para continuar el tráfico de datos y de comunicación como se vino demandando durante todo este periodo”.

Tareas pendientes

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas en el sector telecom de la región y la pandemia fue un hecho que también lo exhibió: “¿Qué nos deja? –se pregunta, retóricamente– Este examen que se llama Covid nos deja una lista de cosas para hacer, porque hemos identificado también la necesidad de mucha gente de estar conectada que todavía no lo está, y ese creo que es el principal desafío de América Latina, y es un reto que sólo se va a cerrar con inversiones. Se necesita invertir bastante dinero en la región para cerrar esta brecha digital”.

Composición de la brecha digital

“La brecha digital tiene dos partes –explica Romanelli: una, la tradicional, que hace referencia a la gente que todavía no ha accedido al servicio por diferentes motivos; geográficos, porque están fuera del área de cobertura; económicos, porque los servicios todavía no son asequibles a la capacidad de gasto que tienen; por miedos al uso; por una serie de situaciones hay gente que no está conectada, pero principalmente es porque no está conectada físicamente”.

“Hay que llevar infraestructura a todos estos lugares que son cada vez más complejos, costosos y que hay que saber manejar. Y creo que ese es uno de los retos, porque tenemos una América Latina con poblaciones muy dispersas, muy distendida, y termina siendo un reto que el sector tiene que encarar”.

“El otro punto que tenemos que encarar también es el de la renovación tecnológica –prosigue–, dentro de lugares donde ya tenemos cobertura, tenemos que ir actualizando nuestras tecnologías para seguir el ritmo del desarrollo de la conectividad”

“América Latina tiene una amplia mancha de cobertura en áreas urbanas y hemos avanzado bastante en el incremento de coberturas 4G, que podríamos decir que es la base de la banda ancha móvil; sin embargo, mucha gente todavía no está haciendo el uso de ella. Cuando analizamos la conexión de la gente, vemos que una gran proporción, un poquito menos de la mitad de las personas, no se conectan a través de las redes 4G, quiere decir que tienen accesos limitados a datos o no tienen acceso. Y esto es parte de la otra brecha que decíamos: la de uso, que tiene que ver con miedos y no encontrarle un valor relevante”.

“Ese es uno de los retos más importantes que también tenemos: mostrar el valor que tiene estar conectados”, responde Romanelli consultado ante la pregunta de cómo revertir esta situación. “Covid-19 ha sido una lección para todos y el sector va a salir muy favorecido de esto, en la madurez de cómo las personas ven la necesidad de la conectividad, pero también tiene que ver con el desarrollo de contenidos locales, de aplicaciones que le muestren al usuario el sentido de la adopción de la tecnología, con el desarrollo de gobiernos electrónicos que ayuden a otorgar beneficios para la ciudadanía a través de hacer trámites online o de alguna manera similar”.

Principales obstáculos de la conectividad en la región

“Esos son los retos principales para el tema de la conectividad –prosigue Romanelli–,y para que esto se dé tenemos algunas necesidades adicionales, algunos problemas que ya tienen tiempo en la región, como los temas de fiscalidad. El sector es uno de los que más aporta en estos temas, no sólo son los aportes impositivos que tienen todas las empresas. Tienen impuestos específicos, tasas municipales, aportes a fondos; hay pagos de espectro, pagos por mantenimiento de esos espectros, existe una serie de pagos regulatorios, pagos que cada vez van creciendo, y si queremos masificar el servicio, si queremos que sea más accesible a la gente, es algo que tenemos que atacar sin duda”.

“Otro tema recurrente que también complica en esta reconversión tecnológica, en este llevar el servicio a nuevos lugares, o el crecer con nuevas capacidades dentro de la propia mancha donde ya hay cobertura, tiene que ver con el despliegue de infraestructura, todas las trabas municipales que encontramos normalmente. Y parece muy básico, pero son muy complejas, son muchas, y eso ralentiza algo que es un pecado mortal: inversiones que están autorizadas, que uno quiere, está dispuesto a hacerlas, pero no pueda ejecutarlas porque la burocracia o algún otro problema similar lo impide y la gente se queda desconectada; es algo que da mucha pena”.

Espectro: timing, precio y disponibilidad

Respecto al ADN de la conectividad, Horacio Romanelli es claro: “El espectro debe tener dos características: un timing, que debe estar disponible cuando se necesita; no sirve que me lo den antes y no sirve que me lo den después, sirve que me lo den en el momento que se necesita, y tiene que ser lo más económico posible. No tiene que ser gratuito, tiene que ser razonablemente accesible. El espectro es oneroso si se quiere un servicio asequible, porque cada vez necesitamos más espectro. No podemos seguir cargando dentro de la mochila de la tarifa nuevos espectros cada vez más grandes y renovando los anteriores. Todo este dinero junto empieza a ser un poco complicado de manejar si se quiere trabajar en temas de asequibilidad”.

 “Y también está la disponibilidad –continúa Romanelli. Hemos visto muchos retrasos, América Latina en general tiene un menor ritmo de inversiones y una baja tasa de espectro asignado per cápita comparada con otras regiones, como Europa, Estados Unidos y Asia; entonces, es un tema a trabajar. No podemos seguir tratando de encarecer el servicio con condiciones restrictivas de espectro”.

“La telefonía móvil nació siendo un bien casi suntuario, hoy es un servicio masivo, que en muchos países incluso estaba discutiéndose o se ha determinado como servicio público esencial, o el nombre que cada país vio por conveniente nombrarlo para darle la relevancia que hoy tiene”.

Mejores prácticas

Asiet promueve el intercambio de conocimientos y mejores prácticas en la región, que Romanelli sintetiza en un solo punto: “Necesitamos regulaciones y políticas públicas que sean proinversión, y cuando digo proinversión es que faciliten la inversión y busquen que aparezca. Los reguladores y las soluciones que tienen que ir encontrando es cómo viabilizar la inversión y hacer que el financiamiento exista”.

“Los operadores trabajamos conectados a un mundo financiero que es el que finalmente decide aportar los recursos para invertir en el despliegue de infraestructura en nuestra región, y para eso necesitamos primero políticas públicas claras y estables, porque una de las cosas que más espanta a los inversionistas son los cambios permanentes y, sobre todo, sorpresivos, de las políticas públicas. Esos virajes que a veces dan los países son factores de riesgo que los inversores siempre están tratando de evitar.

En los últimos días, tanto la Asiet como la GSMA advirtieron que la reforma a la Ley Marco del Sector de Telecomunicaciones que el Congreso Nacional de Honduras hizo en su último día de sesiones pone en riesgo el cierre de la brecha digital en el país.

Por otro lado, el presidente de Asiet celebra la decisión de Brasil, que optó por darle un enfoque no recaudatorio a su subasta 5G de noviembre y en cambio orientarla a la conectividad.

“Lo que hizo fue hacer que gran parte de todo ese valor que fue recaudado, en realidad se presente como infraestructura, y no como un valor que se quede finalmente en el Estado y que muchas veces termina en otro tipo de gastos y termina siendo ineficiente para el desarrollo del sector desde esa perspectiva. Esas son políticas públicas que son positivas”, concluye.

“Hacer lo contrario es entorpecer la posibilidad de conectividad en mucha gente. Para el caso específico de Colombia, recuerdo una cifra de GSMA en la que, por el valor del precio del espectro, se estima que más o menos dos millones de colombianos no accedieron oportunamente a estar conectados. Entonces ahí ves el impacto real, eso es una medición en la que se demuestra el impacto de una mala política de asignación de espectro”.

El sector de las telecomunicaciones, clave para la recuperación económica pospandémica en ALyC

Sobre el papel de las tecnologías en la recuperación económica tras la pandemia de Covid-19, Romanelli vaticina un futuro digital:

La recuperación económica tiene que ver hoy con estar conectados. Hemos identificado claramente cuando hemos estado en cuarentena en las diferentes regiones, cómo estar conectados nos pudo permitir seguir operando, seguir funcionando como empresas, como sociedad; los chicos asistían a los colegios en línea, podías estar en contacto con tus seres queridos; todas las necesidades tuvieron como un eje conductor a la conectividad.

“El mundo va a ser cada vez más digital. En los próximos años, tendremos una economía que va a ser mucho más digital, nos guste o no va a ser así, esa es la realidad del desarrollo del mundo y nuestra región no va a estar al margen de esa necesidad, y cuán veloz va a venir esa necesidad de conexión va a tener que ver con cómo se desarrolla cada uno de los mercados”, asevera.

“Entonces tenemos que ir hacia allá, ¿y por qué está yendo el mundo hacia allá? Es muy simple, porque la tecnología nos da mayor productividad. Entonces esa digitalización, esa transformación digital que sí o sí van a afrontar todos los sectores, necesita conectividad con las generaciones tecnológicas hoy, y va a necesitar con las futuras generaciones tecnológicas que van a venir más adelante, y creo que ese es un punto muy relevante. Las telecomunicaciones no sólo son un habilitador de derechos, sino también es una base transversal que da productividad a toda la economía”, sentencia.

Como ejemplo de este incremento de la productividad, Romanelli cita a un banco, que es más productivo gracias a que sus usuarios, sus agencias y sus sistemas están conectados, y que se vuelve más eficiente al permitir realizar transacciones digitales en todo momento y reduce los riesgos físicos de acudir a las sucursales.

“Esto es el poder transformador de estar conectados, no pasa por la inversión específica en el sector y cuánto impacta de forma directa el sector en la economía, que es bastante grande, sino el poder transformador que tiene en toda la economía y la multiplicación de productividad a la que puede llevar a estos sectores al estar conectados”.

Para el presidente de Asiet, la digitalización vendrá desde dos polos: el de la oferta, con las inversiones que se hagan para reconvertir la tecnología actual, ampliarla y llegar a más lugares; y el de la demanda, asociada a los contenidos locales y a eliminar los miedos para un uso productivo de los servicios, que impacte en la vida, la educación y el trabajo de la gente.

“Ahora que las restricciones son menores, pero siguen estando, (la digitalización) sigue tomando un rol súper relevante. La gente que vio el valor en estar conectado no lo deja. La sociedad tuvo un aprendizaje masivo, si vemos un efecto positivo de esta situación fue que todos nos graduamos un poquito más en la capacidad de estar conectados. Hemos entendido mejor las ventajas de estar conectados y eso obviamente sigue post pandemia.  En la medida en que los negocios se puedan mantener lo más normales, y podamos tener estas ganancias de productividad, la reactivación económica será más rápida”, concluye.

Finalmente, consultado respecto a la posición de la Asiet sobre el despliegue de la quinta generación de la tecnología móvil, Romanelli explica:

“Lo primero que hay que entender es que cada mercado tiene un ritmo diferente en su necesidad de evolución tecnológica. Hay países que pueden estar mejor preparados para recibir 5G y hay otros que todavía necesitan madurar más en su base tecnológica. 5G no es sólo una evolución tecnológica, es una transformación de la misma tecnología. 5G, en realidad, esencialmente es tres cosas: mayor velocidad, menor latencia y cantidad de dispositivos conectados en una antena. Hoy, las antenas 4G, que es la tecnología más avanzada, tienen una capacidad de cientos de miles de conexiones simultáneas. Como el 5G es la base del Internet de las Cosas –el IoT–, entonces lo que se va a necesitar es que estas millones de cosas estén conectadas. Y por eso va a haber una densidad de millones de dispositivos conectados, porque todo va a estar conectado, no hoy, mañana; por eso las economías tienen que estar listas para hacer este despliegue, que es un salto de innovación, porque si le ponemos 5G a algunas economías, probablemente no haya mucho uso, no tienen los terminales ni estas necesidades de conectividad de otras cosas para sacar el jugo que esta tecnología traerá, que es una realidad y que estamos empezando a ver en el mundo más desarrollado.

Después enumera los pasos necesarios para la implementación de 5G en América Latina:

“En nuestra región hay muchas cosas para hacer: primero es ordenar los espectros y  después será licitarlos a precios razonables. Las licitaciones de espectro tienen que ser oportunas, si vos me das y me licitas un espectro 5G hoy en un mercado que no está listo para el 5G, tiene un efecto negativo en el propio sector, porque le quitas los recursos, el dinero que estaba usándose para el despliegue de otra infraestructura, y no se va a hacer un uso; si inmediatamente lo tengo, por supuesto empezaré a hacer un despliegue, pero no va a tener un impacto real. Entonces, hay que ordenar el espectro, licitarlo a un precio razonable y empezar esta revolución tecnológica que nos va a traer el 5G, que seguramente va a ser maravillosa porque consigo trae una revolución de la productividad de todo lo que hacemos”, advierte.

Y por último, como mensaje final, el presidente del directorio de Asiet concluye:

“Es necesario e imprescindible el diálogo público privado para avanzar en estas temáticas. Siempre tenemos un objetivo común con los Estados, que es mejorar el sector y conectar a más gente de la mejor manera, y el diálogo es para encontrar ese mejor camino. Y en ese mejor camino, cualquiera que sea la política pública que vamos a tratar, tienen que ser políticas públicas proinversión, que busquen ese despliegue de la inversión y que la cuiden para que ese flujo permanezca. Telecomunicaciones es un sector que tiene una altísima reconversión tecnológica, la tecnología va cambiando tan rápido que todo el despliegue que hiciste hace unos años tenés que volver a empezar y hacerlo nuevamente, ahora tocará con el 5G e iremos apagando algunas Gs más abajo, y así nos vamos a ir moviendo y eso necesita inversión. Y en el momento en que cortes la inversión dañas al consumo y a la gente”.