La primera oleada desindustrializadora duró 26 años, entre 1976 y 2002. El valor agregado industrial se redujo en 10,3%. En la segunda ola, la contracción fue del doble (19%) en la mitad de tiempo (13 años entre 2011 y 2024). Esta caída de la producción fabril implicó una destrucción profunda del entramado productivo

Por Pablo Manzanelli (Flacso-CTA)

La economía argentina transita una larga y profunda crisis industrial hace más de una década que se profundiza en los períodos de ajuste recesivo, apertura comercial y valorización financiera que caracterizaron a los gobiernos de Macri y de Milei. Bajo estas circunstancias, se tiende a conformar y consolidar la “segunda oleada” de desindustrialización que experimentó el país al interrumpir el interregno del período 2003-2011 en el cual la actividad fabril había expandido aceleradamente.

Si bien la literatura especializada y el debate económico en general no soslayan esta situación evidente (es decir, la contracción de la producción manufacturera en la última década), existe una menor comprensión de la profundidad que alcanza este proceso con consecuencias estructurales.

En ese marco, el propósito de estas breves notas es el de revisar este fenómeno procurando evitar los análisis fragmentarios de la intensa coyuntura económica y poniendo el foco en la cuantificación de la segunda oleada de desindustrialización.

Para ello se propone revisar la serie histórica del PIB industrial de modo tal de confrontar la primera oleada de desindustrialización que ocurrió entre 1976 y 2001 con la segunda que aborda el período 2012-2024.

Aquí el informe completo