El ministro de Economía Sergio Massa encabezó, junto a la secretaria de Energía Flavia Royón, la firma del acuerdo específico para la conservación, mantenimiento y acondicionamiento para la puesta en marcha de la Planta Industrial de Agua Pesada
El acuerdo es entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería Sociedad del Estado (ENSI)
El acto tuvo lugar en el Palacio de Hacienda y, junto al ministro Massa y la secretaria Royón, tomaron parte la presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica Adriana Serquis y al gerente general de la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería S.E. Alexander Berwyn, quienes rubricaron el convenio que le permitirá a la PIAP, asentada en Arroyito, Neuquén, retomar la actividad a partir de una inversión de $4.067 millones de pesos que financiará el Ministerio de Economía.
«Hoy es un día que no está marcado por la urgencia, sino por la mirada estratégica», señaló en su intervención el ministro Sergio Massa. Indicó que la reactivación de la PIAP «va a permitir exportar con valor agregado, con lo que representa el valor agregado en origen. De alguna manera nos da la oportunidad y la capacidad como país de multiplicar nuestros recursos para transformarlo en riqueza».
Más adelante en su intervención, el ministro Massa señaló su convencimiento de que el convenio firmado «no se trata sólo de la construcción de estructuras, sino de la utilización de esas infraestructuras para generar valor para la Argentina y, sobre todas las cosas, definir un modelo de país». «Nosotros creemos ‒concluyó‒ en un país que agregue valor, que genere desarrollo, que tenga un proyecto propio. Es el capital humano de los argentinos el que le agrega valor a los recursos naturales. Al Estado le cabe invertir de manera inteligente sus recursos».
En la misma línea, la secretaria de Energía Flavia Royón destacó especialmente que la reactivación de la PIAP es para nuestro país «un hito y una muestra del valor de todo el conocimiento argentino en materia de energía nuclear, una puesta en valor de ese conocimiento y del reconocimiento que tiene en materia de energía nuclear Argentina».
La presidenta de la CNEA Adriana Serquis, también destacó de la planta «haber sido un hito tecnológico que posibilitó cerrar el ciclo del combustible nuclear y tener la soberanía tecnológica para el funcionamiento de nuestras plantas nucleares».
En otro pasaje de su presentación, Serquis se refirió al valor estratégico que tiene la reactivación de la producción de agua pesada en el marco de la transición energética. «El mundo está mirando a la energía nuclear como una de las alternativas necesarias para la transición energética hacia energías limpias. Muchos países están dándose cuenta de que las plantas nucleares que tienen no son suficientes y en el requerimiento de nuevas plantas van a requerir agua pesada».
Por su parte, el gerente general de ENSI Alexander Berwyn describió las posibilidades de nuevos negocios que se abren con la reactivación de la planta, y en especial cuando entre en operaciones la segunda línea de producción. «Nos alegra y agradecemos profundamente el esfuerzo que se ha hecho, que sabemos que es mucho, y que permite que la planta se pueda utilizar el día de mañana con otros fines, no sólo en la producción de agua pesada, sino abriendo y diversificando las posibilidades de negocios de exportación, como la producción de fertilizantes. En suma, son todas cosas positivas».
El convenio impulsado por el Ministerio de Economía tiene como objetivo realizar el mantenimiento necesario para la planta y comenzar los trabajos de alistamiento para la puesta en marcha de la misma, los cuales requerirán un plazo de 25 meses. Una vez finalizado ese plazo se procederá a cargar los elementos necesarios para su funcionamiento y reiniciar la producción de agua pesada.
La puesta en marcha de la PIAP es fundamental para la producción de las 485 toneladas de agua pesada que se necesitan para garantizar la provisión de este insumo estratégico para las centrales Atucha I, Atucha II y Embalse, hasta el fin de su vida útil.
La PIAP es la planta de producción de agua pesada más grande del mundo, pero se encuentra paralizada desde 2017. Con esta inversión, el Estado Nacional acompaña y fortalece el desarrollo de la energía eléctrica de origen nuclear en nuestro país.
Una instalación estratégica para el desarrollo a largo plazo
La Planta Industrial de Agua Pesada es propiedad de CNEA y está operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), una sociedad conformada entre la CNEA y la Provincia de Neuquén, que tiene la mayoría accionaria. Fue inaugurada en 1993 y su capacidad de producción era de 200 toneladas de agua pesada por año.
El agua pesada es uno de los insumos principales en las centrales nucleares que utilizan como combustible el uranio natural, pero también se estudia un plan de negocios orientado a la provisión de clientes extranjeros que utilizan el agua pesada como insumo para electrónica y usos médicos.
La importancia de la reactivación de esta planta radica en preservar la gran inversión que realizó el estado nacional en los años 80 / 90, al mismo tiempo que se mantienen y crean fuentes de trabajo altamente calificadas, se garantiza la provisión de este insumo clave para las centrales nucleares de nuestro país y se generan divisas como producto de la exportación.