Gracias a la nueva plataforma lograron determinar que el bioma tuvo una pérdida neta de vegetación nativa del 5% en 20 años disminuyendo su territorio de 554.632 km² a 527.492 km² entre 2009 y 2019. La vegetación nativa cubre ahora apenas el 37% del área del bioma del Bosque Atlántico y tiene un alto índice de vegetación secundaria y muchas áreas fragmentadas, destacando la urgencia e importancia de la conservación y restauración del bioma.

 Por Patricia Escobar

(argentinaforestal)-Investigadores de la ecorregión que abarca áreas de los tres países  produjeron los mapas anuales de cobertura terrestre y uso de suelo más completos de los últimos 20 años, un trabajo jamás logrado. “Hoy está disponible a través de la nueva herramienta MapBiomas Bosque Atlántico Trinacional (2000-2019) que fuera presentado este jueves en un evento virtual.

La bióloga Mayra Milkovic (FVSA) fue la moderadora del panel en el que explicaron detalles técnicos y la visión de especialistas: Marcia Hirota, de SOS Mata Atlántica; Lucy Aquino, de WWF Paraguay; Tazzo Azevedo (MapBioma); Pablo Baldassini, de FAUBA; Oscar Rodas (WWF Paraguay); Mario Mantovani (SOS Mata Atlántica) y el Dr. Gustavo Zurita, de IBS-CONICET-UNaM.

Gracias a la nueva plataforma lograron determinar que el bioma tuvo una pérdida neta de vegetación nativa del 5% en 20 años disminuyendo su territorio de 554.632 km² a 527.492 km² entre 2009 y 2019.

En Argentina, la pérdida total de vegetación nativa (bosque, pastizales y humedales) en el Bosque Atlántico fue de aproximadamente 2.106 km² (11% de la superficie de vegetación nativa remanente en el año 2000).  La superficie de vegetación nativa disminuyó de 19.213 km² en el año 2000 a 17.107 km² en el año 2019, principalmente debido al aumento de plantaciones forestales y el uso mixto que incluye agricultura y ganadería a diferentes escalas.

El país con mayor pérdida proporcional de vegetación nativa fue Paraguay, con 10.090 km² (19,2% de la superficie existente en 2000), principalmente debido a la expansión de las zonas agrícolas y de pastoreo.

En Brasil, se registró una pérdida de vegetación nativa de 14.943 km², de 482.772 km² a 467.829 km². Fue la menor disminución porcentual en relación con el área total de 2000: 3,1%.

Del total de pérdida de vegetación autóctona, el 67% corresponde a la pérdida de cobertura forestal y el 33% de la vegetación nativa no forestal.

Se puede acceder a la plataforma en bosqueatlantico.mapbiomas.org de MapBiomas Bosque Atlántico Trinacional, una iniciativa en la que participan una red colaborativa de expertos de Argentina (Instituto de Biología Subtropical de CONICET, Facultad de Agronomía de la UBA, Facultad de Ciencias Forestales, Universidad Nacional de Misiones, Estación Experimental INTA Corrientes y Fundación Vida Silvestre Argentina), de Brasil (ArcPlan y SOS Mata Atlântica) y de Paraguay (WWF Paraguay).

El proyecto utiliza imágenes satelitales Landsat (resolución de 30 x 30 metros) y computación en la nube a través de la plataforma Google Earth Engine (GEE) para producir cobertura anual y mapas de uso del suelo con alta tecnología y bajo costo. La iniciativa forma parte de la Red MapBiomas, iniciada en 2015 con MapBiomas Brasil (mapbiomas.org).

La Argentina no cuenta con un sistema integrado para todo el territorio argentino de cobertura y uso de suelo que nos permita ver series temporales y entender los cambios que están ocurriendo en el territorio y poder analizar las potenciales implicancias que tiene esos cambios para la provisión de servicios ecosistémicos, el ordenamiento territorial de los recursos y de las áreas de producción. Es por ello que desde Fundación Vida Silvestre Argentina estamos acompañando de la iniciativa MapBiomas”, señaló Mayra Milkovic, especialista en Gestión de la Información Socioambiental de la Fundación Vida Silvestre Argentina.

A su vez, esta iniciativa nos permite generar una red de capacitación con las últimas tecnologías en procesamiento de datos e información satelital en colaboración con otros países e instituciones, tanto públicas, privadas y de la sociedad civil”, finalizó Milkovic.

 

Datos del Bosque Atlántico:

  • El Bosque Atlántico ocupa el 8% (1.422.742 km²) de América del Sur;
  • El 92% del Bosque Atlántico está en Brasil (1.309.579,72 km²), el 6% en Paraguay (86.071,62 km²), y el 2% en Argentina (27.090,57 km²);
  • La pérdida neta de vegetación natural entre 2000 y 2019 fue del 27.139,2 km²;
  • La superficie agrícola se mantuvo estable, con una caída del 0,9% (de 800.399,35 km² a 793.212,96 km²);
  • El área forestal (incluida el bosque plantado, en la clase de bosque) aumentó más del doble: de 20.945,05 km² a 48.287,53 km² (130,5% de aumento);
  • La superficie de la agricultura creció un 67%, de 155.437,86 a 260.101,2 km².

Retos y desafíos de la Ciencia

Desde la visión del investigador, Dr. Gustavo Zurita (IBS-CONICET), esta herramienta “permite reforzar el trabajo en cooperación con la Ciencia, y nos alienta como investigadores a creer que a pesar de la historia no tan feliz del Bosque Atlántico, es posible un futuro diferente. MapBioma es una herramienta central para la investigación científica ya que nos puede describir el estado de situación actual, pero además nos permite volver al pasado, retroceder 20 años en el bosque trinacional y mirar lo que pasó y entender lo que está ocurriendo”. “Las consecuencias de lo que nos ocurre hoy tienen una historia, y esta herramienta es de una potencia enorme para la investigación”, aseguró.

Por otra parte, sostuvo que MapBioma con Ciencia  permite entender causas y consecuencias de este pasado y presente. “Aunque el mayor desafío es que nos permite viajar al futuro para poder cambiar la historia del Bosque Atlántico. Esto es en lo que estudiamos y en lo que a veces trabajamos los científicos. Ahora, tenemos preguntas viejas para respondernos y nuevas para platearnos ante esta herramienta. ¿Queda suficiente bosque para proteger a la biodiversidad? ¿Queda suficiente bosque para proteger los sostener los servicios ecosistémicos que brinda la naturaleza?¿Todos los usos de la tierra juegan el mismo papel? (Paisajes, áreas forestales, ganadería, tabaco, soja, etcétera), ¿Dónde tenemos que conservar dónde es necesario recuperar o conectar el área para evitar la fragmentación?. Esta herramientas nos acercara a estas respuestas”, dijo Zurita.

Asimismo, expresó que MapBioma es mejorable y tiene desafíos a futuro. “Cuanta más ventana de tiempo logremos abrir, mejor será para la investigación. Tenemos ahora mayor precisión de lo que ocurrió entre el año 2000-2019 y las pérdidas sufridas, y es una herramienta que todos debemos usarla (Estado, Universidad, Sociedad Civil., Ciencia). En lo personal, creo que aun hay muchas cosas por descubrir y que valen la pena investigar a partir de la MapBioma”, concluyó en su exposición al valorar la nueva plataforma.