Microsoft se convierte en socio de Cruise e invierte 2.000 millones de dólares para desarrollar soluciones de conducción autónoma.
Microsoft se ha convertido en el último gigante tecnológico en apostar por la conducción autónoma. Este sector ya contaba con otros actores como Google, Apple y Amazon. Ahora, la compañía de Redmond se ha asociado con Cruise, una subsidiaria autónoma de General Motors.
Estas compañías han acordado «una relación estratégica a largo plazo«. En esa línea, Microsoft ha realizado una inversión de capital combinada por más de 2.000 millones de dólares en Cruise, quien también tiene como inversionista a Honda Motor Co, llevando la valoración de la subsidiaria a 30.000 millones de dólares.
Producto de esta asociación, Cruise utilizará los servicios de computación en la nube de Microsoft, Azure, para comercializar soluciones de conducción autónoma. Por su parte, la compañía de Satya Nadella aprovechará su relación con este nuevo socio para marcar presencia en el sector de la movilidad.
«Los avances en la tecnología digital están redefiniendo todos los aspectos de nuestro trabajo y nuestra vida, incluida la forma en que movemos a las personas y los bienes», ha dicho el CEO de Microsoft, Satya Nadella, en el comunicado oficial.
Microsoft impulsa el prometedor futuro de Cruise
Los inversionistas han visto en Cruise una compañía con visión y capacidad de generar soluciones efectivas. En 2018, la subsidiaria recibió una inversión de 2.250 millones de dólares de SoftBank Vision Fund. Más tarde, Honda siguió el mismo camino, pero con 750 millones de dólares de inversión. En 2019 recibió otra ola de inversiones mixtas por 1.150 millones de dólares.
Mientras que Cruise resulta más atractiva para las rondas de inversiones, Waymo (Google), que solo ha recaudado 3.000 millones de forma externa, parece ir adelante en lo tecnológico y ya ha anunciado que sus vehículos autónomos comenzarán a ofrecer viajes sin conductores en Phoenix, Arizona. Por su parte, la filial de GM recién está probando sus coches por primera vez y aún no permite que transiten sin conductores de seguridad.
El Cruise Origin es uno de los productos más llamativos de la compañía. Se trata de un prototipo totalmente autónomo que carece de controles típicos, como volante y pedales, y está pensado para llevar varios pasajeros. Su producción podría realizarse en la planta de General Motors de Detroit.