Miedo a las empresas «zombies»: el nuevo coronavirus ha sumido a la economía alemana en la mayor crisis de la posguerra. Eso pone en peligro de insolvencia a muchas empresas.
¿Salvarlas o dejarlas desaparecer? Esa era la gran pregunta en marzo de 2020, y el Gobierno alemán decidió salvarlas. En Alemania, las empresas que ya no pueden cumplir con sus pagos o están sobreendeudadas tienen la obligación de declararse en quiebra. Debido a la crisis del nuevo coronavirus, las empresas quedaron desde el 1 de marzo exentas de esta obligación por ley, por el momento, hasta finales de septiembre.
Muchas empresas necesitaban este alivio porque la actividad económica se había paralizado considerablemente. Como muestra la evolución del Producto Interno Bruto (PIB): en el primer trimestre ya había caído en un 2%, y en el segundo trimestre, en un 10%. Para el año en su conjunto, los expertos prevén cifras en negativo de entre 5 y 8 por ciento.
Con el fin de ayudar a las empresas, en Alemania y en toda la Unión Europea, se elaboraron paquetes de rescate por un valor de miles de millones de euros. Entre otras cosas, Berlín facilitó las regulaciones para el trabajo reducido, redujo la tasa de IVA, concedió exenciones fiscales y se involucró directamente con las grandes empresas. Pero ¿todo esto ayudará a que las empresas se recuperen? Entretanto, se teme cada vez más que se produzca una gran ola de insolvencias en octubre, tan pronto se aplique nuevamente la ley que las obliga a declararse en quiebra.
Los beneficiados
Sin embargo, el número de empresas insolventes ha disminuido en el primer semestre. «En la primera mitad del año, las quiebras bajaron en un 8 %, comparadas con en el mismo período del año pasado», señala Patrik-Ludwig Hantzsch, de la agencia de referencia crediticia Creditreform. La Oficina Alemana de Estadística espera, incluso, una disminución del 30 % para julio.
Aunque se pueda interpretar como un éxito, las cifras también indican que las empresas que ya tenían problemas antes de la crisis del COVID-19 se están beneficiando de esta reglamentación. Todas las empresas que estaban sobreendeudadas o tenían dificultades de pago a partir del 31 de diciembre de 2019 estaban exentas de la obligación de declararse en quiebra. Y en marzo todavía no se hablaba de una pandemia en Alemania.
¿Empresas «sanas” amenazadas?
Al principio, ciertamente, era importante dar a las empresas suficiente margen de maniobra para que las medidas de apoyo estatal pudieran surtir efecto. En principio, sin embargo, también era importante en una crisis asegurar que el mercado se limpie a través de las insolvencias, según Hantzsch: «Si ninguna empresa va a quiebra, eso significa básicamente que ya no hay distinción entre los buenos y malos modelos de negocio”. Algo que podría causar problemas a las empresas ‘sanas’.
Cuando la economía se recupere, las empresas deberán seguir siendo cautelosas, «porque no saben quién está realmente en quiebra y quién, en cualquier caso, pagará sus cuentas», explica Hantzsch.
El Deutsche Bank Research también advirtió que tales «compañías zombis» persiguen «políticas de precios agresivas que presionan los márgenes de beneficios de las empresas sanas y obstaculizan el cambio estructural en general». Por su parte, Hantzsch recuerda que incluso antes de la pandemia, «hubo una transformación en muchos sectores de la economía, como la industria automotriz y el comercio minorista. El coronavirus actúa ahora como un catalizador”.
Si realmente ocurriese una ola de insolvencias cuando la ley expire, el mercado laboral se verá afectado. Y también sería grave el efecto sobre los bancos. «Los bancos son acreedores de estas empresas insolventes, por lo que existe el riesgo de que se produzca una crisis bancaria nuevamente», comenta Klaus-Heiner Röhl, del Instituto de Economía Alemana. Gradualmente, muchas empresas se estarían quedando sin dinero. «Hemos observado el comportamiento de pago, los pedidos entrantes y muchos otros aspectos y llegamos a la conclusión de que las empresas no van bien», alerta Hantzsch, de Creditreform.
Según una encuesta realizada en junio por el instituto alemán de investigación económica Ifo, una quinta parte de las empresas alemanas consideraba amenazada su supervivencia debido a la crisis del coronavirus. En septiembre, Creditreform estima que alrededor de 550.000 empresas tendrán grandes dificultades o estarán en una situación precaria.
Fuente: Deutsche Welle