El sistema financiero argentino atraviesa un punto de inflexión. La implementación del Open Finance -impulsada por el decreto 353/2025- promete transformar la manera en que bancos, fintech y nuevos participantes comparten información de usuarios y enriquecen la oferta de productos y servicios financieros. El cambio central es profundo: los datos dejarán de pertenecer a las entidades y pasarán a ser propiedad del usuario.

“El decreto 353 fue un gran disparador para comenzar a articular este cambio. Aunque parece general, introduce una definición muy potente: invierte la titularidad de los legajos. El usuario pasa a ser el dueño de su información y puede decidir con quién compartirla para mejorar su perfil crediticio o acceder a mejores condiciones”, explica Agustín Pesce, director ejecutivo de Guardline, RegTeg especializada en soluciones de compliance basadas en inteligencia artificial que trabaja en el desarrollo de herramientas que acompañen esta transición.

Según Pesce, ya se empezó a trabajar en el mejor modelo de Open Finance que se adapte a nuestro sistema. Habrá debates sobre si la participación será obligatoria o voluntaria, y para quiénes”, agrega.

Uno de los aspectos más sensibles será la responsabilidad ante un posible error o uso indebido de los datos. “En esta cadena de intercambio, alguien deberá responder ante un dato mal informado o un producto mal otorgado. La regulación deberá definir con claridad esa responsabilidad”, sostiene.

Otro eje clave será la protección del consentimiento y la seguridad. Para Pesce, es esencial separar titularidad de custodia: “El usuario es el titular de sus datos, pero las entidades seguirán siendo custodios, con iguales o mayores responsabilidades. Por eso, deberán garantizar resguardo tecnológico extremo y trazabilidad total del dato”.

“Desde Guardline ofrecemos infraestructuras seguras para acompañar al dato desde el origen hasta el destino, con trazabilidad completa. La inteligencia artificial cumple un rol clave en asegurar ese proceso de punta a punta”, explica Pesce.

Competencia, desafíos y oportunidades

La implementación del Open Finance se da en un contexto donde la brecha entre bancos y fintech se redujo significativamente.

“Durante años se dijo que la banca estaba rezagada, pero hoy los principales bancos del país ya están tecnológicamente a la altura de las fintech. La pandemia aceleró un proceso que igualó la cancha y obligó a todos a invertir en infraestructura digital”, afirma Pesce, aunque advierte que en los dos grupos hay gran heterogeneidad de escala y madurez dentro de las empresas que los integran.

El experto reconoce que el Open Finance no es una solución mágica, pero sí un estímulo para un sistema más competitivo. “El driver siempre será la macroeconomía. Sin estabilidad y depósitos no hay crédito, pero un entorno de finanzas abiertas sí puede promover mayor competencia, eficiencia y calidad de datos”, sostiene.

Con presencia en Argentina, Brasil y Panamá, Guardline se posiciona como un actor clave en el desarrollo de soluciones de cumplimiento, onboarding digital, monitoreo AML y fraude, preparadas para operar bajo el modelo de Open Finance.

“El Open Finance no es el futuro: ya empezó. Lo que definirá su éxito será la capacidad del sistema para innovar sin perder control, y de las instituciones para competir sin dejar de proteger al usuario”, concluye Pesce.