Los usuarios de PayPal en EE. UU. pronto podrán comprar, vender, enviar, almacenar y aprovechar PYUSD para compras y pagos
Una nueva moneda estable está haciendo su entrada en el vasto mercado de criptomonedas.
PayPal, la gigante de tecnología financiera, está ingresando al mundo de los activos digitales con la puesta en marcha oficial de su propia stablecoin vinculada al dólar estadounidense.
Denominada PayPal USD (PYUSD), la nueva moneda digital está “diseñada para contribuir a la oportunidad” que ofrecen dichos activos al sector de pagos, indicó la compañía en un comunicado de prensa. El movimiento convierte a PayPal en la primera compañía de renombre del sector que emite su propia moneda digital.
“El cambio hacia las monedas digitales requiere un instrumento estable que sea digitalmente nativo y que se conecte fácilmente a una moneda fiduciaria como el dólar estadounidense“, dijo Dan Schulman, presidente y director ejecutivo de PayPal.
Nuestro compromiso con la innovación y el cumplimiento responsables, y nuestra trayectoria en la entrega de nuevas experiencias a nuestros clientes, proporciona la base necesaria para contribuir al crecimiento de los pagos digitales a través de PayPal USD.
PayPal pone en marcha su propia stablecoin
PYUSD es un token ERC-20 construido sobre la red Ethereum que estará totalmente respaldado por depósitos en dólares estadounidenses, bonos del Tesoro a corto plazo y equivalentes de efectivo similares, según la nota. La moneda está vinculada en una proporción de 1:1 con la divisa norteamericana y siempre podrá canjearse por dólar en efectivo.
Además cuenta con el respaldo de Paxos Trust, una compañía con licencia completa sujeta a la supervisión regulatoria del Departamento de Servicios Financieros del Estado de Nueva York, que se encarga de la emisión de PYUSD.
De acuerdo con el comunicado, PayPal USD está diseñado para reducir la fricción para los pagos en la experiencia en entornos virtuales, facilitar transferencias rápidas de valor, enviar remesas o realizar pagos internacionales, permitir flujos directos a desarrolladores y creadores, y fomentar la expansión continua en activos digitales por las marcas más grandes del mundo.
Los usuarios elegibles de PayPal en los Estados Unidos serán los primeros en acceder a la moneda estable, la cual podrán utilizar para transferencias internas en la aplicación y con monederos externos, enviar pagos, financiar compras y más. También podrán aprovecharla para adquirir criptomonedas disponibles dentro de la aplicación, incluidas Bitcoin (BTC) y Ether (ETH).
La nueva stablecoin también será compatible con entornos Web3 y además estará “pronto” disponible en la aplicación de pagos digitales Venmo, propiedad de PayPal, según el comunicado.
Un movimiento audaz
PayPal había confirmado a inicios de 2022 los planes para lanzar una criptomoneda propia luego de que circularan rumores sobre el proyecto, aunque hasta ahora no había brindado detalles sobre el desarrollo.
La compañía señaló este lunes que hará un esfuerzo para mantener la transparencia y demostrar el respaldo de su moneda, por lo que planea proporcionar informes certificados de los fondos que respaldan la stablecoin.
“A partir de septiembre de 2023, Paxos publicará un informe de reserva mensual público para PayPal USD que describe los instrumentos que componen las reservas“, dijo la firma en un comunicado. “Paxos también publicará una certificación pública de terceros del valor de los activos de reserva en USD de PayPal“.
“La atestación será emitida por una firma de contabilidad externa independiente y se realizará de acuerdo con los estándares de atestación establecidos por el Instituto Estadounidense de Contadores Públicos Certificados (AICPA)“, agregó.
El lanzamiento se produce en un momento desafiante para las compañías de criptomonedas en los Estados Unidos, donde los reguladores han optado por tomar un enfoque severo, impulsado acciones de cumplimiento y demandas contra grandes jugadores de la industria. El hecho de que PayPal haya decidido avanzar con su proyecto en un momento como este, es la última señal de interés y apuesta de las grandes instituciones financieras por la nueva clase de activos, incluso a pesar de que los reguladores puedan pensar distinto.