Un sector importante de los tan valientes humanos, están asustados hasta la raíz, como si hubieran metido la pata y mamá los esperara con la chancla

Hola queridos navegantes curiosos!!

Hoy navegaremos nuevamente por el frondoso mar de la intranquilidad artificial (IA para los amigos), ya que no hay día que pase sin que nos encontremos algún zapato sin cordones a la hora de la sopa.

Mientras salíamos de nuestra incursión en el Mar de las Mentiras y lográbamos que nuestro avatar fuera reconocido en el espejo que no refleja, pudimos conectarnos con #Radio Trend Topic y con la gente que hace #+web3 , para saber qué opinaban sobre la carta firmada por muchas personas solicitando un alto a la IA; también nos enteramos que países como Italia, la prohíben hasta que las neuronas latinas logren entender de qué se trata y como les gusta a los italianos, legislar sobre ello. Creo que todos van en sentido contrario (contrario sensu), de lo que realmente se aconseja en estos casos de disrupción tecno, por si nadie les avisó, ya estamos transitando la Era del Tecnoceno y eso no se para con una carta o una legislación.

Desde hace muchos años ya, que está instalada en la rutina de los investigadores y desarrolladores, la idea de avanzar y potenciar la IA a fin de lograr un uso intensivo en las diferentes actividades humanas. Esto me hace recordar un viejo dicho que solía repetir mi gran amigo Osvaldo: “El humano trabaja para no trabajar”. Y vaya si se ha trabajado en este aspecto relacionado con las redes neuronales! Es por esto que no debería llamar la atención el grado de avance que tenemos actualmente y que nos ha permitido construir las bases de un crecimiento exponencial en la materia.

Desde algunas islas que están a nuestra vera, podemos escuchar voces que nos dicen: “Esto no es nada, el Chat GPT4 ya duplicó al 3.5 en su modelo auto regresivo y lo seguirá superando en los próximos meses; su ventana de contexto pasará de los 4096 tokens a los 32768 cuando se considere la actualización definitiva”. “La IA aún no hizo el upgrade de ANI (IA Estrecha) a AGI (IA Generativa) y todavía queda por resolver el gap a ASI (Super IA), así que no se asusten, tienen mucho mar por recorrer”, nos dicen amparados en las sombras de cocoteros 3D del metaverso isleño. Ray Kurzweil llama a este último punto de inflexión de la IA, La Singularidad, como si de un agujero negro se tratara.

Claro que desde otras islas también escuchamos voces que nos dicen: “Si no se comprende científicamente y en profundidad la cognición, es imposible crear el software que pudiera desencadenar la Singularidad”, creemos reconocer la voz de Paul Allen en esta afirmación.

Siguiendo en nuestro derrotero, varias horas después escuchamos que nos gritan desde la profundidad de un castillo de fractales hecho por Midjourney: “La innovación que viene, la que aún está en proceso de diseño, es la innovación social y política”.

Mientras navegamos y escuchamos éstas y otras voces, más o menos interesadas en alguno de los aspectos donde sin dudas la IA tiene un porvenir, nos acosan un sin número de preguntas y reflexiones.

Cada vez que una tecnología fundamental hace irrupción en el escenario humano, es lógico que sucedan este tipo de angustias y expectativas; suponemos que la irrupción del manejo de la energía eléctrica, habrá causado una conmoción similar en su momento; Internet lo fue sobre el final del milenio pasado y todas las tecnologías derivadas que surgieron a partir de ellas, cambiaron el mapa de nuestro planeta de forma increíble. Pensemos que el 60% de la población mundial trabaja actualmente en tareas que no existían a mediados del pasado siglo y que muchos de estos trabajos se corresponden a creaciones de estos primeros 23 años del S. XXI.

Aprovechando el fondo musical del oleaje, nos permitimos reflexionar sobre el sentido de todos estos cambios, cuál es la significancia que le daremos y le darán las generaciones futuras, cuál es el grado de fragilidad de la experiencia humana en este planeta y mientras lo hacemos, un rayo solar atraviesa furtivamente las nubes, como alentándonos a investigar, a no tener miedo a lo que podamos descubrir, al fin y al cabo, esto es una aventura, un camino que nos debe llevar a la abundancia no solo material, sino y principalmente a la abundancia de conocimiento.

Esperamos sus comentarios, no sin antes recordarles que:

Pensar es urgente, porque “El futuro es ahora y las posibilidades son infinitas”.

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