En los últimos dos años se ha generado el 90% de todos los datos que existen en la actualidad, la IA se encarga de procesar toda esa información.

(bdm)-Los datos son el combustible que impulsan las economías digitales de hoy. Las grandes organizaciones, las pequeñas empresas y las personas dependen cada vez más de los datos para realizar sus tareas diarias.

Los sistemas de inteligencia artificial analizan conjuntos masivos de datos, que se conocen como big data, para brindar información. Estos conocimientos pueden ser tendencias, patrones o predicciones. Cuando se combinan, los macrodatos y la inteligencia artificial se convierten en una fuerza formidable.

Descifrar los datos

Producimos cantidades exponenciales de datos todos los días. Solo en los últimos dos años, hemos generado el 90% de todos los datos que existen. Los seres humanos no pueden examinar estas enormes cantidades de información. Por lo tanto, los científicos han creado algoritmos de inteligencia artificial para descifrar estas cargas de datos y sacar información útil. Estos algoritmos están diseñados para imitar el proceso de pensamiento humano.

La mayoría de los datos actuales se generan a partir de fuentes online. A través de Internet, puedes saber qué quieren, necesitan y hacen los consumidores. Puedes conocer también esto a través del contenido que comparten, las páginas que les gustan, las reseñas que dejan, los comentarios que brindan, los programas que inscriben y los sitios que se visitan con frecuencia. Desafortunadamente, es imposible investigar lo que quiere cada cliente. Aquí es donde entra la IA. Toma datos de múltiples fuentes y da una imagen precisa de lo que buscan sus clientes. La IA y los macrodatos se han vuelto interdependientes, ya que ninguno puede funcionar sin el otro.

Para que un sistema de inteligencia artificial decodifique grandes cantidades de datos, establezca conexiones y genere información en la que se pueda trabajar, debes proporcionarle los datos correctos. Desafortunadamente, aquí es donde la mayoría de las organizaciones fracasan. Si se integran datos sin procesar de diferentes fuentes, el sistema de inteligencia artificial dará resultados que no son útiles. Para que el algoritmo saque conclusiones precisas, hay que asegurarse de ejecutar datos completos.