Los drones, los robots y los sistemas autónomos pueden transformar el mundo natural en las ciudades y sus alrededores para las personas y la vida silvestre.

Una investigación internacional, en la que participaron más de 170 expertos y liderada por la Universidad de Leeds, evaluó las oportunidades y desafíos que esta tecnología de vanguardia podría tener para la naturaleza urbana y los espacios verdes.

Los investigadores destacaron oportunidades para mejorar la forma en que monitoreamos la naturaleza, como identificar plagas emergentes y garantizar que se cuiden las plantas, y ayudar a las personas a interactuar y apreciar el mundo natural que las rodea.

A medida que la robótica, los vehículos autónomos y los drones se vuelven más utilizados en las ciudades, la contaminación y la congestión del tráfico pueden reducirse, lo que hace que los pueblos y las ciudades sean lugares más agradables para pasar el tiempo al aire libre.

Pero los investigadores también advirtieron que los avances en robótica y automatización podrían ser dañinos para el medio ambiente.

Por ejemplo, los robots y los drones podrían generar nuevas fuentes de desechos y contaminación por sí mismos, con implicaciones negativas potencialmente sustanciales para la naturaleza urbana. Es posible que las ciudades tengan que volver a planificarse para proporcionar suficiente espacio para que los robots y drones funcionen, lo que podría provocar una pérdida de espacios verdes. Y también podrían aumentar las desigualdades sociales existentes, como el acceso desigual a los espacios verdes.

El autor principal, el Dr. Martin Dallimer, de la Escuela de la Tierra y el Medio Ambiente de la Universidad de Leeds, dijo: «La tecnología, como la robótica, tiene el potencial de cambiar casi todos los aspectos de nuestra vida. Como sociedad, es vital que de manera proactiva Intente comprender los posibles efectos secundarios y riesgos de nuestro creciente uso de robots y sistemas automatizados.

«Aunque los impactos futuros en los espacios verdes urbanos y la naturaleza son difíciles de predecir, debemos asegurarnos de que el público, los responsables políticos y los desarrolladores de robótica sean conscientes de los posibles pros y contras, para que podamos evitar consecuencias perjudiciales y aprovechar plenamente los beneficios. . »

La investigación, publicada hoy en Nature Ecology & Evolution , está dirigida por un equipo de 77 académicos y profesionales.

Los investigadores llevaron a cabo una encuesta en línea de 170 expertos de 35 países, que dicen proporciona una mejor estimación actual de lo que podría deparar el futuro.

Los participantes expresaron sus puntos de vista sobre las oportunidades y desafíos potenciales para la biodiversidad y los ecosistemas urbanos, a partir del creciente uso de la robótica y los sistemas autónomos. Se definen como tecnologías que pueden detectar, analizar, interactuar y manipular su entorno físico. Esto incluye vehículos aéreos no tripulados (drones), automóviles autónomos, robots capaces de reparar la infraestructura y redes de sensores inalámbricos que se utilizan para el monitoreo.

Estas tecnologías tienen una amplia gama de aplicaciones potenciales, como transporte autónomo, recolección de residuos, mantenimiento y reparación de infraestructura, vigilancia y agricultura de precisión.

La investigación se realizó como parte del proyecto Ciudades autorreparables de Leeds, que tiene como objetivo permitir que los robots y los sistemas autónomos mantengan la infraestructura urbana sin causar interrupciones a los ciudadanos.

El primer autor, el Dr. Mark Goddard, realizó el trabajo mientras estaba en la Universidad de Leeds y ahora tiene su sede en la Universidad de Northumbria. Dijo: «Pasar tiempo en espacios verdes urbanos e interactuar con la naturaleza aporta una variedad de beneficios para la salud y el bienestar humanos, y es probable que los robots transformen muchas de las formas en que experimentamos y obtenemos beneficios de la naturaleza urbana.

«Comprender cómo la robótica y los sistemas autónomos afectarán nuestra interacción con la naturaleza es vital para garantizar que nuestras ciudades futuras apoyen la vida silvestre que sea accesible para todos».

Este trabajo fue financiado por el Consejo de Investigación en Ingeniería y Ciencias Físicas (EPSRC).

Fuente: la Universidad de Leeds