Con el rápido envejecimiento de la sociedad japonesa, ha habido un fuerte aumento de pacientes que experimentan disfunciones motoras. La rehabilitación es clave para superar esas dolencias.
Un investigador de la Universidad de Tohoku ha desarrollado un nuevo método basado en la realidad virtual (VR) que puede beneficiar la rehabilitación y el entrenamiento deportivo al aumentar la conciencia corporal y mejorar el control motor.
Su investigación fue publicada en el Journal Scientific Report .
No solo podemos ver y tocar nuestro cuerpo, sino que también podemos sentirlo. Nuestro cuerpo envía constantemente información a nuestro cerebro que nos dice dónde están nuestras extremidades en tiempo real. Este proceso nos hace conscientes de nuestro cuerpo y nos da propiedad sobre él. Mientras tanto, nuestra capacidad para controlar el movimiento y las acciones de las partes de nuestro cuerpo nos permite actuar voluntariamente sobre nuestro cuerpo.
La propiedad y la agencia están altamente integradas y están relacionadas con nuestro control motor. Sin embargo, separar nuestro sentido de propiedad del cuerpo de nuestro sentido de agencia ha eludido durante mucho tiempo a los investigadores, lo que dificulta determinar si tanto la propiedad como la agencia afectan realmente el control motor.
El profesor Kazumichi Matsumiya de la Escuela de Graduados en Ciencias de la Información de la Universidad de Tohoku podría aislar estos dos sentidos utilizando la realidad virtual. Los participantes vieron una mano generada por computadora, y Matsumiya midió de forma independiente su sentido de propiedad y agencia sobre la mano.
«Descubrí que el control motor mejora cuando los participantes experimentan una sensación de agencia sobre el cuerpo artificial, independientemente de su sentido de propiedad del cuerpo», dijo Matsumiya. «Nuestros hallazgos sugieren que la manipulación artificial de la agencia mejorará la efectividad de la rehabilitación y ayudará a las técnicas de entrenamiento deportivo para mejorar el control motor general».
Fuente: la Universidad de Tohoku